diseño gráfico y web

Todo diseño requiere de un proceso a seguir etapa por etapa para lograr los resultados deseados. Como elaborar un platillo auténtico en donde la mejor planeación y ejecución lograrán los mejores resultados si se sigue los pasos adecuados.

La clave de todo buen platillo es el sazón y toque personal del cocinero, la distinción siempre se da por la experiencia y conocimiento previo de la materia prima de la que se dispone, el equilibrio y correcta combinación de los ingredientes. En el diseño nos encontramos con un proceder similar, es gracia a la experiencia y conocimiento de la técnica, tecnología y recursos que la creatividad puede dar rienda suelta a la imaginación para lograr un diseño eficiente.

En el diseño el análisis y planeación es indispensable. No se puede iniciar un diseño si no se tiene toda la información posible para conceptualizarlo, desde definir el elemento a diseñar, la necesidad que cubre hasta cuál es el medio y alcance que tendrá. Una vez que reunimos y analizamos toda la información viene la lluvia de ideas, la preparación del diseño, añadiendo ingrediente por ingrediente en el momento adecuado y al tiempo preciso.

Después viene la retroalimentación con el cliente, el punto donde ponemos un poquito más de sal, pimienta o algún condimento que falte para destacar el sabor de nuestro diseño. Una vez que está listo se dispone a los comensales, nuestro público que estarán dispuestos a probarlo, degustarlo y disfrutarlo. Un diseño gourmet es aquel que destaca, que brinca a la vista, que capta la atención y que logra transmitir el mensaje deseado. Ya sea un logotipo que plasma la identidad de una empresa, marca o producto, un cartel, folleto, página web, etc. deben proyectar adecuadamente el concepto, brindar la información clara y correcta, y esparcir el mensaje difundiéndolo y/o promoviéndolo en los medios planeados.

Todo diseño requiere sus etapas de elaboración y para lograr buenos resultados evitando que quede insípido, incomible e inservible, es indispensable considerar el tiempo necesario que hará valer la inversión.